Josep Enric Balaguer

IDEAS E INSPIRACIÓN

Me interesan los elementos cotidianos a los que no prestamos una especial atención, colocar una bolsa de papel a la altura de un jarrón de porcelana, una caja de cartón como una cesta de frutas donde las formas de una bombilla se pueden mezclar con las formas de una pera.

El misterio del elemento contenedor. ¿ Que hay dentro de la bolsa o de la caja de cartón ? ¡ Lo que el observador quiera ! Se eleva a la simple y cotidiana bolsa de papel y a la caja de cartón a la categoría de jarrón, florero o de una delicada porcelana que podemos tener en cualquier estantería o mesa. La atracción y el misterio de las arrugas de una bolsa habla por si misma.

El misterio de la luz donde los brillos y las sombras son los protagonistas, las bombillas que a través de los reflejos siguen emitiendo luz hasta parecer encendidas ¿ Esperanza ?

El misterio en los reflejos a través de los cuales vemos tanto en las bombillas como en los potes de  vidrio, ese mundo invertido en el cristal interior que nos sugiere otro mundo fuera de la obra pictórica como en el mundo de “Alicia” al otro lado del espejo.

El misterio del tiempo donde éste se convierte en algo relativo, los relojes que nos sugieren distintos momentos de la vida, en un momento dado podemos estar en el pasado o en el instante actual, de aquí su relatividad.

El misterio de la vida que muchas veces no sabemos apreciar, valorar y cuidar. Los huevos pasan a ser símbolo de vida, vidas posibles o vidas que pudieron ser.

Sitúo los elementos en un lugar indefinido, donde la imaginación del observador le permite situarlos donde desee y donde la iluminación, la atmósfera les den protagonismo.

Tal y como Chardin y Claesz representaron bodegones con los objetos que tenían en su entorno, debemos elevar a las bombillas, bolsas de papel, cajas de cartón, potes de cristal, etc... a la categoría de nuestros objetos cotidianos, objetos bellos y dignos de admiración. La belleza de una bombilla, al margen de su uso, es innegable, sus reflejos y brillos beben directamente de la mejor de las fuentes de la estética.  Las formas de los huevos, que conectan con las formas circulares de las peras, bombillas, o manzanas, resulta sorprendente y más aún si encontramos junto a ellos una lata de sardinas vacía.

Me gusta la pintura de Velázquez, Zurbarán, Rembrandt, Vermeer, las “naturalezas muertas” y “bodegones” de Caravaggio, Chardin, Claesz ...

De Velázquez creo que su pintura opulenta es una maravilla, su luz, su color, la composición, son simplemente magníficos. Su manera de tratar la luz, el equilibrio de las capas son geniales, al igual que la obra de Zurbarán. De Zurbarán sus fondos oscuros y neutros, que resaltan las figuras y objetos que hay en sus lienzos. De Rembrant, me fascina el misterio que transmite, con el poco color con que ha manchado los objetos llega a lograr que resulten naturales, su luz y texturas son precisas y exactas. De Vermeer, gran maestro de la pintura sus puntos de luz y la apariencia real de sus temas.

Caravaggio, Chardin, y Claesz, son artistas cuyos bodegones son fuente y alimento de generaciones de artistas. La elegancia en la estructuración y la composición de Caravaggio resultan magnificas. De Chardin y de Claesz admiro los bodegones que realizaron correspondientes a su época. Chardin le daba un toque muy realista a su obra y Claesz fue más allá del realismo deteniéndose en el detalle. Cada uno en su campo fue un gran maestro.

En contrapunto encuentro muy interesante la forma en que Warhol y con él los artistas del “Pop Art” consiguieron magnificar los elementos y sucesos de su época. Lograron dar toda la importancia al objeto que representaban sin importar en lo más mínimo el modo o técnica utilizado para crear esa obra. El objeto o sujeto representado están por encima de la misma obra, entendida como parte del proceso de creación .

Algo parecido me transmite la obra de artistas surrealistas como lo fueron Dalí y Magritte, que lograron convertir sus fantasías en realidades pictóricas.

INVESTIGACIÓN

En el aparente desorden de las cosas existe un orden natural. Observo con gran atención como cualquier agrupación de objetos dejados al azar acaba formando una composición de gran equilibrio y belleza. Resulta no menos curioso como este orden natural me empuja hacia esta composición y me ayuda a crear mis cuadros. Es el orden que encuentro en el mismo desorden, o quizás el azar, el que hace que cualquier agrupación de objetos se vea natural y posible. Y todo ello me lleva a ver que es la propia realidad de lo cotidiano y que muchas veces pasa desapercibido.

Josep Enric Balaguer

7/10/2002